“La culpa es del corazón… cuando se trata de amor” (canción popular)
Quizás si nombro a Doroteo Arango Arámbula, un jovencito que se vio obligado a esconderse en las sierras mexicanas, y que como modo de sobrevivir se unió a una banda de “forajidos”, no ubiquen realmente al hombre que con el tiempo llegó a lucir un potente bigote y fue conocido mundialmente como Pancho Villa. Es curiosa la historia de este hombre -se ve que muy corajudo y conquistador- que hizo de la Revolución Mexicana lo que en realidad fue. Escuchó la primera arenga política de un agitador de masas populares, y esto le marcó la inquietud por el progreso y la fidelidad a su causa. Fue un hombre enérgico y decidido, como había de ser quien nace en una noche de tormenta. Para unos, el 20 de julio de 1923 ocurrió una gran pérdida cuando fue emboscado junto a cinco de sus hombres en Chihuahua. Para otros significó la desaparición de un rufián que jugó a ser revolucionario.
Este hombre nacido en Durango llegó a ostentar el grado de general, y aunque fue reconocido por los mandos del ejército no fue aceptado por los altos cargos de gobierno ni por la élite social de la época, aunque esto no quita que tuviese seguidores entre todas las clases sociales. Algo hay que destacar. Como hombre no fue un Jorge Negrete, pero parece que su arrojo y decisión lo convirtieron en irresistible. Contrajo matrimonio 18 veces bajo su criterio de que a la mujer había que respetarla y cuidarla, que no se le podía usar sin más, con la única variante que de alguna de ellas se divorció de pura palabra, la suya, claro: A partir de ahora dejas de ser mi esposa.
Pancho Villa nació en época del Porfiriato, en 1878. Su vida, digamos que complicada, le forjó ese carácter duró repleto de matices. Creo que significó mucho para él no poder dar el adiós a su madre a causa de la férrea vigilancia a que era sometida. Su debilidad por las mujeres le hacía enfrentarlas sin remilgos y decidir que se casaba otra vez. Existen puntos de reflexión al respecto, porque todo siempre es discutible.
La historia siempre será eso, historia, y es y será contada de diferentes maneras, y cada quien la acoge según sus ideales y criterios. Cómo militar tuvo muchos triunfos, pero perder la Batalla del Bajío contra Carranza y Obregón le dejó ciertamente consternado, ante un campo de batalla cubierto de cuerpos y de acechantes aves de carroña. Se regresó a la Sierra, a la guerrilla. Comenzó una época de traiciones. Carranza asesinó a Zapata. Obregón asesinó a Carranza. Y él continuó preguntándose quien lo traicionaría a él. Y sucedió.
Según algunos al General Pancho Villa lo hicieron malo los gobiernos despóticos y los que lo traicionaron, no sabiendo aprovechar su grandeza. De cierta manera su estrategia militar logró unir a los mexicanos en su lucha. Hay algo en que la leyenda popular tiene razón: Pancho Villa fue del pueblo. Al cumplirse el primer aniversario de su asesinato, los Halcones Dorados, cuatro pilotos de la división norte comandada por el General Francisco Villa, sobrevolaron su tumba en Parral (Chihuahua) dejando caer diez mil orquídeas sobre su recuerdo.
Guillermo Torres