Resumen
El siguiente trabajo pretende formalizar la arquitectura de los años venideros. Analizando nuevas tendencias como el decrecimiento, cuestiona la sostenibilidad promovida actualmente y busca ejemplos de buenas prácticas.
El trabajo se estructura en torno a dos bloques, uno teórico y otro práctico. El teórico expone las actuales tendencias en sostenibilidad enfrentándolas a las propuestas del decrecimiento. Este apartado termina con la cuestión sobre cómo debe ser esta nueva arquitectura.
El apartado práctico comienza explicando la filosofía del estudio n´Undo como pionero en estas nuevas aproximaciones. Y termina comentando siete ejemplos de arquitectura que entroncan con los principios del degrowth. Pequeños proyectos que ayudan a conformar la idea de qué es la arquitectura del decrecimiento.
Summary
The following work intends to formalize the architecture of the coming years. Analyzing new trends such as the degrowth, questions the sustainability currently promoted and looks for examples of good practices.
The work is structured around two blocks, one theoretical and the other practical. The theoretical exposes the current trends in sustainability facing the proposals of the degrowth. This section ends with the question of how this new architecture should be.
The practical section begins by explaining the philosophy of the architectural office n´Undo as a pioneer in these new approaches. It ends by commenting on seven examples of architecture that connect with the principles of degrowth. Small projects that help shape the idea of what it is the architecture of the degrowth.
INTRODUCCIÓN
El siguiente artículo pretende analizar cuál será la arquitectura que refleje los valores del decrecimiento y en qué casos esta arquitectura ya se está realizando. Formalizar la misma recogiendo ciertos proyectos arquitectónicos que empiezan a conformar la silueta de la nueva arquitectura del siglo XXI.
En la actualidad están surgiendo numerosas y cada vez más innovadoras formas de construir para enfrentarnos a la crisis climática, ejemplos como casas anfibias, capturadores de carbono, edificios autónomos, passive houses, etc. Pero lo que pocas veces se analiza es si este tipo de soluciones no son meros parches frente al problema, tendencias que continúan con la marea de producción, consumo y desarrollo que ha originado el problema de base.
Hay otra forma de enfrentarse al problema: una arquitectura más cercana a corrientes como el decrecimiento. Una arquitectura que, desde el sentido común, aboga por la reducción, la reutilización, la recuperación y que se pregunta si no hay una forma más fácil de enfrentarse a estos problemas. Una arquitectura que por supuesto no aparece en revistas de arquitectura ni gana premios, una arquitectura modesta, sin presunciones y que desde la mínima intervención y la resta, consigue su objetivo. Una arquitectura que “se subleva frente a la tiranía de lo nuevo y desde el borde de lo ordinario descubre la belleza de lo cotidiano”1 .
APROXIMACIÓN TEÓRICA: ARQUITECTURA IN-SOSTENIBLE
El sector de la construcción representa el 36% del uso global de la energía, así como el 39% de las emisiones de CO22. Además de la extracción y transformación del 30% de las materias primas y del 15% del uso del agua3 a nivel global. Los edificios son los responsables directos del consumo del 25% de la energía en España (40% en Europa) y del 22% de las emisiones de CO2 (36% en Europa)4. Todo esto mientra solo en nuestro continente existen 11 millones de viviendas vacías (3,4 millones en España)5, mientras que se construyen más de un millón de nuevos hogares al año6.
Mientras todo esto ocurre diferentes organizaciones como el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) o la UNEP (United Nations Environment Programme), proponen nuevos modelos para el sector, sistemas de construcción sostenibles, políticas de gestión energética, etc. Todos ellos herederos de una estructura orientada a la producción mecanizada, veloz y al alarde de la técnica, relegando la ética y el buen hacer.
SOSTENIBILIDAD
El Informe Bruntland de 1987 define el desarrollo sostenible como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”7.
Dicho informe se centra en el aspecto ambiental de la sostenibilidad, pero ya prevé que este concepto abarca otros ámbitos como el social y el económico. Es en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992,cuando se concreta “la integración de los tres componentes del desarrollo sostenible: el crecimiento económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente; como pilares interdependientes que se refuerzan mutuamente”8. Estos tres objetivos básicos han continuado ampliandose y evolucionando hasta los actuales 17 anunciados en la Nueva Agenda para el Desarrollo sostenible, publicada por las Naciones Unidas en el 2015.
Cuando hablamos de arquitectura sostenible o sustentable, las dimensiones social y económica suelen quedar relegadas a un segundo plano, centrándose este concepto principalmente en el uso de materias primas y energías renovables, el ciclo de vida de los materiales y en la reducción en el gasto energético durante todo el proceso arquitectónico. Pero algunos autores hablan incluso de otras dimensiones de la sostenibilidad como la afectiva. Cristina Rosales define este concepto como “contar con la pulsión de vida que requiere la ciudadanía, con la poesía de lo cotidiano, con la belleza o con el alma de la ciudad, el genius loci que poseen algunas urbes, su espíritu acogedor”9.
Surgen nuevos modelos de calificación energética como las certificaciones BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method), LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) o la europea EPBD (Energy Performance of Buildings Directive); todos ellos basados en complejos sistemas tecnológicos, abogando más, por ejemplo, por la ventilación mecánica que por la rutinaria y simple acción de abrir una ventana. Estos certificados pretenden generar un patrón universal para el análisis de un edificio, cómo si esto fuese posible en términos de sostenibilidad, adaptándose a un sistema de mercado y cayendo en el “greenwashing”. Se generan así situaciones donde una mejor calificación energética, sin un análisis pormenorizado real que lo sustente, supone un mayor precio de venta. Un mundo donde la etiqueta “eco” genera inmensos beneficios y una pegatina con la calificación A nos sirve de justificación para mirar hacia otro lado.
La mayoría de estos sistemas de calificación analizan la sostenibilidad del edificio como “objeto”, calculando su impacto ambiental y rendimiento energético como elemento aislado, “considerándolo como un consumidor de recursos y energía en vez de un productor de sostenibilidad en las diferentes escalas espaciales”10.
DECRECIMIENTO
En 1972 los integrantes del Club de Roma se reunieron y escribieron un libro, Los límites del crecimiento, donde mediante simulaciones informáticas compararon población, producción de alimentos, industrialización, contaminación y consumo de recursos naturales no renovables. De este análisis se pronosticó una “disminución repentina e incontrolable de la población y la capacidad industrial”11 para 2072 a no ser que alterásemos nuestras formas de consumo. Estas estimaciones se han ido cumpliendo con un alarmante pequeño margen de error.
Gráfico de la previsión de recursos y tendencias observadas. En la imagen se puede observar las tendencias proyectadas en línea punteada y su correspondencia con la realidad, en línea continua. Meadows, D.H.; Meadows, D.L.; Randers. Los límites del crecimiento 30 años después. Círculo de Lectores, S.A. 2006.
El concepto de decrecimiento apareció en diversos artículos durante esos años pero no fue hasta 2007 cuando François Schneider, junto con Denis Bayon y Fabrice Flipo, fundaron la organización académica Research and Degrowth (R&D). Desde entonces varios congresos sobre el decrecimiento han sido organizados en ciudades como París, Barcelona, Valencia y Leipzig definiendo el decrecimiento como ”una reducción de la producción y el consumo que aumenta el bienestar humano y mejora las condiciones ecológicas y la equidad en el planeta”12.
El primer frente del decrecimiento es eminentemente ecologista. Desde un punto de vista puramente ambiental podríamos decir que el decrecimiento defiende “reducir la producción y el consumo porque vivimos por encima de nuestras posibilidades, porque es urgente cortar emisiones que dañan peligrosamente el medio y porque empiezan a faltar materias primas”13. Pero no se queda solamente en esta dimensión, el profesor de Ciencias Políticas, en la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Taibo resume los pilares del movimiento en seis:“sobriedad y simplicidad, ocio frente al trabajo, vida social frente a la propiedad y el consumo, reducción de infraestructuras productivas, local sobre global y redistribución de los recursos”14.
Vemos por tanto que, más allá de su dimensión ecológica, el decrecimiento lucha frente a la sociedad del consumo y el poder del mercado en nuestras sociedades neo-capitalistas. Aboga por un modelo económico alejado del tener y tirar, por un “modo de vida en una economía post-industrial en el seno de la cual las personas han logrado reducir su dependencia con respecto al mercado, garantizando —por medios políticos— una infraestructura en la cual las técnicas y los instrumentos sirven, en primer lugar, para crear valores de uso no cuantificados ni cuantificables por los fabricantes profesionales de necesidades”15.
A la vez, esta corriente supone un cambio filosófico y moral. Volver a poner en valor el disfrute del momento, el ocio, el presente, la emancipación de la necesidad, la sobriedad, etc. Un modelo vital en que se potencie el bienestar real, el que proviene de la contemplación y las relaciones sociales saludables; y no del consumo y la competitividad. Recuperar y reinterpretar una conciencia ancestral alejada de los grilletes que la civilización occidental ha generado. Como dice el filósofo Serge Latouche ”No se trata tanto de regresar a un pasado mítico perdido como de inventar una tradición renovada”16.
Es este mismo filósofo el que define el decrecimiento mediante las ocho “R”: reevaluar, reconceptualizar, reestructurar, relocalizar, redistribuir, reducir, reutilizar y reciclar. Reevaluar la escala de valores actual. Reconceptualizar nuestra relación con la realidad y nuestro estilo de vida. Reestructurar los sistemas económicos y políticos a los nuevos valores. Relocalizar la producción y el consumo a la escala local. Redistribuir el acceso a recursos naturales y riqueza. Reducir el consumo en pos de la protección ambiental y social. Reutilizar, reparar y alargar la vida de los productos y romper así la cadena de consumo. Reciclar evitando la generación de nuevos residuos y alargando la vida de las materias primas.
Ya hemos hablado de la dimensión ecológica y económica del decrecimiento, además de la moral, pero no podemos dejar de lado la parte social como uno de los pilares fundamentales . En su dimensión social el decrecimiento promueve una vuelta a lo local, una gestión, política y producción de pequeña escala, donde las relaciones interpersonales son clave para un modelo de bienestar, sostenibilidad y equidad. “El decrecimiento material será un crecimiento relacional, convivencial, o no será”17. En este punto el decrecimiento se aproxima a los postulados del Regionalismo crítico de Mumford, tanto en la “oposición” global-local, como en la necesidad de comunidad. “Habitar es enfrentarse a las demandas prácticas de un ambiente modificado para el uso humano; y estas modificaciones sirven para algo más que para cubrir las necesidades inmediatas; testifican sobre los grados de cooperación, orden, inteligencia y sensibilidad que caracterizan a una comunidad”18. En un estadio entre lo social y lo ambiental. Joseph Tainter incluso argumenta que “las grandes sociedades son una anomalía, los humanos han vivido el 99% de su historia en pequeñas comunidades, y el gasto y la complejidad de los grandes grupos es insostenible”19.
APROXIMACIÓN PRÁCTICA. NUEVAS FORMAS DE SOSTENIBILIDAD
ARQUITECTURA Y DECRECIMIENTO
¿Cómo ha de ser la arquitectura del decrecimiento? ¿Cómo se traducen todos estos valores al proyecto arquitectónico? ¿Cuáles son los pasos que debemos dar para conseguir una arquitectura que sea sostenible, justa y crítica?
Lo primero es obvio, menos. El siguiente paso del less is more de Mies Van der Rohe. Ser más críticos con lo que construimos: ¿hace falta?, ¿es esta la mejor forma de hacerlo?, ¿estamos aportando algún valor real al lugar y su entorno?. La arquitectura del decrecimiento no consiste en una mera reducción de m2, de materias primas, de energía; supone analizar detalladamente si una intervención es necesaria, si añade algo o si por el contrario resta; y si eso que añade beneficia o perjudica lo preexistente. A veces lo más difícil es no intervenir, pero también lo más justo.
La forma de actuar del bricoleur de Levi-Strauss responde perfectamente a esta filosofía. “Intervenciones o actuaciones a priori definidas como vernáculas y sin pretensiones de grandilocuencia, cuyo principio es resolver un problema concreto sin ínfulas en su destino, determinado por la inmediatez, la sencillez y el factor de la utilidad máxima”20.
La corriente arquitectónica actual que más claramente responde a los principios del decrecimiento es, sin duda, la rehabilitación. Pero no es la única, otras como la mínima intervención, el desmantelamiento, la renaturalización responden a las mismas preguntas. Es complejo encontrar estudios de arquitectura que trabajen estas ideas de forma directa y en todo su espectro. Lo que solemos encontrar son proyectos aislados que responden a uno o más de los principios del decrecimiento.
FILOSOFÍA N´UNDO
“No construcción, Reutilización, Minimización y Desmantelamiento”21.
No se puede hablar de la arquitectura del decrecimiento sin hablar de n´UNDO, posiblemente el único estudio a nivel mundial que centra su trabajo en estos principios de forma directa y premeditada, con unas intenciones muy claras y un extenso bagaje de investigación.
El estudio de arquitectura n´UNDO surge en 2011 con una nueva filosofía arquitectónica, el nada es más. Con una tendencia no desarrollista apelan por la puesta en valor de lo existente, la mejora de los ambientes mediante la reparación, limpieza y recuperación. La puesta en valor de las cualidades del lugar sin la necesidad de nuevas construcciones superfluas y/o perniciosas. Su aproximación a la arquitectura no se plasma simplemente en sus proyectos, sino en una extensa investigación de las nuevas necesidades que los arquitectos deben suplir. Esta aproximación queda plasmada en sus principios que se exponen a continuación.
“Mejorar el entorno es necesario, la intervención implica valorar lo que existe, eliminar lo que sobra y reflexionar críticamente sobre lo que se añade [… ] actuaciones basadas en la renuncia, desde una intervención de mínimos, liberada de la necesidad de construcción de lo nuevo.”22.
La base de su filosofía consiste en colocar a las personas y al territorio en el centro de las cuestiones arquitectónicas. En torno a esta idea fundamental parten una serie de principios que giran alrededor del cuidado. Amplían la labor del arquitecto a nuevas dimensiones como: la reparación, la purga, la limpieza y el mantenimiento; la gestión del territorio meditada, argumentada, debatida y consensuada; las labores de eliminación de las (no) arquitecturas que contaminan el territorio y la ciudad; el deber de denunciar estos daños generando información y actuación; etc.
Se enfrentan a la concepción de la arquitectura como bien de consumo y puro capital. Priorizan el espacio público y el territorio frente al espacio y disfrute privado. Desprecian la “incontinencia propositiva y superproducción […] sustraer implica una selección meditada y responsable, una elección de lo importante en la maraña de interesantes distracciones, para garantizar claridad y manejabilidad de lo que persiste”23.
Resulta muy interesante su manera de clasificar las medidas que proponen para cada proyecto en tres grupos: “Imprescindible, respuestas inmediatas y asequibles; necesario, estrategias que lo procuren; y deseable: utopías como fructíferas compañeras para afrontar el futuro”24. Con esta clasificación marcan tres estadios en sus intervenciones, ya sean temporales o según los recursos disponibles, incluyendo nuevas dimensiones al proyecto arquitectónico.
No hacer es una forma de intervención rotunda, que apuesta por la reflexión sobre la acción, la pausa consciente frente al ímpetu inconsciente. Es complicado salir de la marea desarrollista, del crecimiento al que estamos acostumbrados. Vencer el deseo de lo nuevo, de estrenar, de generar, al menos, tanto como aquellos que nos precedieron. Todo esto precisa de una flexibilidad de replanteo de la condición arquitectónica en particular, y social en general.
RECUPERAR
Si hablamos de recuperación sin duda destacan los proyectos de renaturalización, tanto por su valentía de enfrentarse al gigante que es el sector inmobiliario, como por la humildad de devolver un espacio robado a la naturaleza. La renaturalización consiste en una serie de acciones destinadas a la recuperación del estado natural de un lugar previo a una intervención. La mayoría de proyectos de renaturalización consisten en el desmonte de una situación no deseada y en la posterior modificación del paisaje para permitir que el mismo se recupere volviendo al estado más parecido posible al pre-intervenido.
Uno de los ejemplos más famosos es el desmonte del Club Mediterráneo en Cap de Creus por EMF paisatge. El proyecto consistió en la demolición selectiva de 450 construcciones y la gestión paradigmática de 42.000 m3 de infraestructura residual, reciclando prácticamente el 100% del material; además de la restauración de la orografía y drenaje para restablecer la dinámica natural de la erosión y el transporte de sedimentos.
El valor de una intervención de esta magnitud no se debe solo a la recuperación ambiental de un paraje con un gran valor natural sino a que sirvió de referente como alternativa a la urbanización turística masiva que sufre el litoral español. Tras el proceso de renaturalización se construyeron una serie de plataformas y miradores que consolidasen el espacio y permitiesen el disfrute del mismo a la vez que generaban conciencia del valor de la costa y de ese paraje en particular.
Otros dos proyecto paradigmáticos son el desmantelamiento del Algarrobico en Almería y la Marina Isla de Valdecañas; ambos por n´UNDO. Estos dos proyectos no han llegado a ser realizados pero muestran una clara oposición a los procesos especulativos, en muchos casos ilegales, que ocurren entre el sector turístico y el de la construcción. En ambos n´UNDO, junto a diversas organizaciones ecologistas denuncian la situación irregular y cuestionable moralmente de ambos proyectos, proponiendo su desmantelamiento y el reciclado de sus materiales, fomentando un proceso industrial común en el resto de Europa pero que aún no se ha afianzado en España, además de incluir a la ciudadanía local y generar puestos de trabajo. En el caso del Algarrobico cabe destacar que la propuesta de derribo de n´UNDO se presupuesta en 7.320.646 € frente a los 300.000.000 € que calculaba la administración. Rebaja conseguida mediante la gestión pormenorizada y de manera local del derribo frente a una demolición tradicional estandarizada.
Imagen del estado tras el desmantelamiento del Cabo de Creus. Se puede observar como la mayoria de antiguas edificaciones han sido eliminadas con la excepción de algunos elementos que sirven como itos y puntos clave en el recorrido por el entorno. EMF paisatge. 2015. Pau Ardèvol.
Protesta de Greenpeace frente al Hotel El Algarrobico. n´Undo. 2012. Greenpeace, Arturo Rodrígez.
REUTILIZAR
La rehabilitación es uno de los campos donde mejor se concreta la actitud decrecionista en la arquitectura. Un buen edificio siempre tiene la capacidad de evolucionar, adaptarse a nuevas formas de ocuparlo, pues es más importante el espacio y las relaciones que genera que su propia materialidad. El valor no se encuentra sólo en las condiciones existentes, sino en sus potencialidades. “Rehabilitar es una forma de usar lo que existe, preguntandose más sobre su posible utilidad, que sobre su vigencia formal. Poner el acento en el uso”25.
La intervención en la preexistencia siempre resulta más costosa y complicada que la nueva construcción, pero a la vez nos regala unos condicionantes de partida que ayudan a conformar el proyecto. Nos libera del peligro de la tabula rasa que ignora herencias, obvia oportunidades y esconde problemáticas. Tendencias como la Infiltración urbana o el Reciclaje urbano consiguen“inyectar nuevos procesos en un tejido urbano vivo, aunque lesionado y obsoleto. Reutilizando su propia materia, sus propios recursos, tanto materiales como humanos”26.
Un ejemplo claro de esta actitud es la actual transformación que está sucediendo en numerosos edificios industriales urbanos por todo el mundo. Ejemplos como el Matadero de Madrid o la Tabacalera en la misma ciudad. Lugares que al abrirse al ciudadano, mediante ligeras pinceladas, generan orgánicamente nuevos usos posibles, nuevas formas de ocuparlos o nuevas necesidades urbanas.
En el caso del Matadero de Madrid se encuentran diferentes intervenciones de distintos arquitectos en sus diversas naves. Pero la clave está en su origen, la apertura de un espacio privado a la ciudadanía y la consolidación de la nave Intermediae por Arturo Franco. Esta primera intervención con un diminuto presupuesto consolida un espacio abierto, sin pretensiones, para la gente. Del mismo modo para algunos anecdótica pero fundamental en mi opinión, la intervención Excaravox de Andrés Jaque, el cual mediante una especie de juguete urbano atrae las miradas de la ciudad al interior, sin seriedad, permite a la gente acercarse y sentir la plaza suya.
Por otro lado el caso del CSA La Tabacalera es distinto, sin una intervención arquitectónica, un espacio puramente industrial abre sus puertas a la sociedad. Mediante una afortunada gestión participativa por el barrio de Embajadores un espacio cerrado se convierte en una plaza más de la ciudad, donde encontrar actividades en cada esquina. Un contenedor que la gente puede llenar según sus deseos y necesidades. La democratización real de la ciudad. Contrasta además con la mitad del edificio gestionada por la Consejería de Cultura de Madrid y utilizada como espacio museístico. Mitad que comparte estética y tamaño, pese a una ligera rehabilitación, pero que no funciona de la misma manera. Un espacio que carece de la libertad de su adyacente, más sobrio, con menor interés, menos vivo.
Nave Intermediae en Matadero Madrid. Arturo Franco. 2006. Carlos Fernandez Piñar.
Patio de la Tabacalera en Madrid. La Tabacalera de Lavapiés. 2017. CSA La Tabacalera.
Como defiende Eva Chacón en su artículo Espacio no programado, “no se trata de asignar multifuncionalidad a un espacio, sino de no asignarle ninguna función desde el proyecto de arquitectura”27. Permitir un espacio transformable y reciclable por los usuarios sin predeterminación proyectual. “Donde no hay nada todo es posible; donde hay arquitectura ninguna otra cosa puede ocurrir”28.
REVALORIZAR
La revalorización consiste en el análisis y búsqueda de los elementos que dan valor a un lugar, y su posterior recuperación. La mayoría de espacios que habitamos ya están consolidados, el tiempo y su evolución les ha ido dotando de valores que muchas veces son superiores a cualquiera que le queramos imponer. Estos son el fruto de un proceso lento de modificación, funcional y estética. Una adaptación orgánica con la experiencia de años o siglos de ser habitado, frente a la arrogancia o inocencia del nuevo proyecto, que viene de manera casi colonialista a imponer su forma de ser.
Lacaton y Vassal nos dan un ejemplo perfecto de esta actitud en la Plaza Léon Aucoc, en Burdeos. Ante un plan de renovación de las distintas plazas de la ciudad, promovido por el ayuntamiento en el año 1996, el estudio francés propone el sumun de la mínima intervención. Analizando la plaza se dan cuenta que ya funciona correctamente, su escala es adecuada, es tranquila y es ampliamente utilizada por la gente del barrio. Por lo que limitan su intervención al arreglo del pavimento de gravas, una ligera modificación del tráfico y la solicitud de una limpieza de la misma y un cuidado de los árboles más frecuente por parte de la administración.
Con una clara influencia del proyecto anterior, n´UNDO propone dos proyectos de recuperación de espacios urbanos, el Proyecto para la Plaza de España en Madrid y el Jardín de Don Benito en Badajoz.
Para el primero de ellos n´UNDO propone tres escalas de intervención: imprescindible, necesario y deseable. La primera consiste en el arreglo literal de la plaza, su vegetación ,su mobiliario urbano y la accesibilidad. Una actuación barata e inmediata de arreglo y cuidado de un espacio público. Siendo las otras dos de mayor escala afectando al entorno urbano de la plaza una y a diferentes áreas de actuación en el centro urbano de Madrid la otra. Pero compartiendo las tres la puesta en valor de la historia del lugar, la perspectiva de los ciudadanos de la misma, su habitabilidad, la escala humana, etc. Sin añadidos, mediante la limpieza, arreglo y mínima reestructuración de un espacio se vuelve a poner el dominio público al servicio del ciudadano.
Del mismo modo en el Jardín de Don Benito, proyecto ganador de un premio EUROPAN, el espacio público aparece como elemento estructural de una nueva trama urbana. Se potencian las plazas existentes, se conectan, se generan otras nuevas y se añaden los patios privados a la trama pública mediante el festival La semana de los patios de Don Benito. Sin construir, eliminando aquellos elementos urbanos sobrantes y minimizando el tráfico rodado mediantes parkings disuasorios se consigue un espacio público limpio, para el ciudadano.
Plaza Plaza Léon Aucoc en Burdeos. Lacaton y Vassal. 1996. Lacaton y Vassal.
Proyecto para la Plaza de España, Madrid. n´Undo. 2017. n´Undo.
CONCLUSIONES
“Un arquitecto capaz de reciclar, redistribuir, reutilizar, reorganizar y restaurar cualquier espacio socialmente muerto nunca dejará de ser, a la luz del planteamiento decrecentista, un arquitecto necesario”29.
Podemos concluir que una nueva forma de intervenir es necesaria, ya no solo deseable. Tras la vorágine de tecnología, desarrollo y crecimiento nos encontramos ante un futuro donde debemos cuidar más nuestros recursos, tanto materiales como inmateriales. No podemos permitirnos el gasto superfluo, la actuación sin reflexión y el beneficio personal.
Ante nosotros surge por sí misma una nueva arquitectura que debemos investigar, analizar y concretar, sin limitar. Una arquitectura más sobria en lo formal pero más rica en su dimensionalidad social, cultural y ambiental. Opuesta a la imposición intervencionista del ego proyectista o el beneficio político. Es el momento de cuidar nuestro patrimonio, poner en valor nuestros paisajes, rebelarnos frente a esos artefactos artificiosos que pueblan nuestro territorio sin pretensión alguna de comprenderlo.
La arquitectura del decrecimiento ha de centrarse, por tanto, en la puesta en valor de las cualidades del lugar, priorizar la habitabilidad humana y natural, ser humilde en sus pretensiones materiales, entender su entorno y formar parte del mismo sin conquistarlo, ser democrática y participativa. En resumen, valiente para enfrentarse a toda su dimensionalidad, incluyendo aquellas menos optimistas.
César Tomé Pizarro
NOTAS:
1- ZABALBEASCOA, Anatxu. Icono Basura. El País, 2007.
2- Global Status Report 2017. UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), 2018. Pg 5.
3- Leading the way to a global circular economy: state of play and outlook. Bruselas.Comisión europea, 2020. Pg 10.
4- LLISTERRI, Fabian. Rehabilitación energética. En: VALERO, Elisa. Glosario de reciclaje urbano. Valencia: General de Ediciones de Arquitectura, 2014.Pg 79.
5- An Overview of Housing Exclusion in Europe. Bruselas: FEANTSA y Abbé Pierre, 2015. Pg 38.
6- NEATE, Rupert. Scandal of Europe’s 11m empty homes. Londres: The Guardian, 2014.
7- HARLEM, Gro. Informe Bruntland. Oxford: Oxford University Press, 1987.
8- Conferencia Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y el Desarrollo, Río de Janeiro.1992.
9- ROSALES; Cristina. Sostenibilidad creativa. En: VALERO, Elisa. Glosario de reciclaje urbano. Valencia: General de Ediciones de Arquitectura, 2014. Pg 86.
10- CONTE, Emilia y MONNO, Valeria. Beyond the buildingcentric approach: A vision for an integrated evaluation of sustainable buildings. En: BOND, Alan, Environmental Impact Assessment Review. Norwich: University of East Anglia, 2012. Volumen 34, Pg 31-40.
11- MEADOWS, Donella H; RANDERS, Jorgen y MEADOWS, Dennis L. Los límites del crecimiento: 30 años después. Círculo de lectores, 1972.
12- Definición publicada en la página web Research and Degrowth 2019.
13- TAIBO, Carlos. En defensa del decrecimiento: Sobre capitalismo, crisis y barbarie. 2º Edición. Madrid: Catarata, 2017. Pg 91.
14- Ibidem, Pg 95.
15- ILLICH, Ivan. Le chômage créateur. Paris: Le Seuil. 1977. Pg. 87-88.
16- LATOUCHE, Serge. Decrecimiento o Barbarie. Entrevista por Monica di Donato. En: Revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global. Madrid: Fuhem, 2009. Nº 107, Pg 159-170.
17- BONAIUTI, M. À la conquête des biens relationnels. En: BERNARD, Michel, CHEYNET, Vincent, CLEMENTIN, Bruno. Objectif décroissance: Vers une société harmonieuse. Canada: Écosociété, 2003. Pg 33.
18- MUMFORD, Lewis. The conduct of life. EEUU: Harcourt Brace & CO, 1960. Pg 126.
19- TAINTER, Joseph. Sustainability of complex societies. En: FULLER, T. Revista Futures. Lincoln: Butterworth-Heinemann, 1995. Volumen 7, Nº 4, Pg 398.
20- LUQUE, Eva y ; PASCUAL, Alejandro. Bricolador. En: VALERO, Elisa. Glosario de reciclaje urbano. Valencia: General de Ediciones de Arquitectura, 2014. Pg 17.
21- SÁNCHEZ, Verónica y CASTILLO, Alejandro Del. Desde la resta= From subtraction. Barcelona: DPR-Barcelona, 2017. Pg 5.
22- Ibídem. Pg 6.
23- Ibídem. Pg 13.
24- Ibídem. Pg 20.
25- MONTEYS, Xavier. Rehabitar. En: VALERO, Elisa. Glosario de reciclaje urbano. Valencia: General de Ediciones de Arquitectura, 2014. Pg 80.
26- SOSA, Jose antonio. Reciclajes Urbanos. En: VALERO, Elisa. Glosario de reciclaje urbano. Valencia: General de Ediciones de Arquitectura, 2014.Pg 77.
27- CHACÓN, Eva. Espacio no programado. En: VALERO, Elisa. Glosario de reciclaje urbano. Valencia: General de Ediciones de Arquitectura, 2014. Pg 41.
28- KOOLHAAS, Rem; MAU, Bruce y O.M.A. S, M, L, XL. Nueva York: The Monacelli Press, 1995. Pg 199.
29- CARBALLAL, Alba. Altius Citius Fortius: El Pritzker de los necios. Madrid: Academia, 2012. Pg 14.
BIBLIOGRAFÍA
- AECOM. Climate Design. Design and planning for the age of climate change. San Rafael: Oro Editions, 2012.
- ALEXANDER, Sam; GLEESON, Brendan. Degrowth in the Suburbs: A Radical Urban Imaginary. Londres: Palgrave Macmillan, 2018.
- BAYON Denis; FLIPO Fabrice; SCHNEIDER Francois. Decrecimiento: 10 preguntas para comprenderlo y debatirlo. Madrid: El viejo Topo, 2011.
- HARLEM, Gro. Informe Bruntland. Oxford: Oxford University Press, 1987.
- CONTE, Emilia y MONNO, Valeria. Beyond the buildingcentric approach: A vision for an integrated evaluation of sustainable buildings. En: BOND, Alan, Environmental Impact Assessment Review. Norwich: University of East Anglia, 2012. Volumen 34.
- MEADOWS, Donella H; RANDERS, Jorgen y MEADOWS, Dennis L. Los límites del crecimiento: 30 años después. Círculo de lectores, 1972.
- FRAMPTON, Kenneth. Towards a Critical Regionalism: Six Points for an Architecture of Resistance. First published en FOSTER, Hal, ed., The anti-aesthetics on Post-Modern Culture. Port Townsend, WA:Bay press, 1983.
- HEIDEGGER, Martin. Building, dwelling, thinking. NEIL, Leach, ed. En: Rethinking Architecture: A Reader in Cultural Theory. Londres: Routledge, 2005.
- MCHARG, Ian L. Proyectar con la naturaleza. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1967.
- RIECHMANN, Jorge. Capitalismo verde: no (tampoco como Green New Deal), sino ecosocialismo (descalzo). En: PCE. Nuestra bandera, revista de debate político. Madrid: PCE, 2019. Nº 244.
- ROCHA, Lorenzo. Arquitectura crítica. Proyectos con espíritu inconformista. Madrid: Turner, 2019.
- SÁNCHEZ, Verónica y CASTILLO, Alejandro Del. Desde la resta= From subtraction. Barcelona: DPR-Barcelona, 2017.
- TAIBO, Carlos. En defensa del decrecimiento: Sobre capitalismo, crisis y barbarie. 2º Edición. Madrid: Catarata, 2017.
- TZONIS, Alex; LEFAIVRE, Liane. The grid and the pathway. En: TZONIS, Alex; LEFAIVRE, Liane. Times of creative destruction. Londres: Routledge, 2016.
- TZONIS, Alex; LEFAIVRE, Liane. Critical regionalism: Architecture and identity in a globalized world. Munich: Prestel, 2003.
- VALERO, Elisa. Glosario de reciclaje urbano. Valencia: General de Ediciones de Arquitectura, 2014.